miércoles

El orgullo de pertenencia




¿Cuanto tiempo habré ocultado yo misma el nombre de la empresa en la que trabajaba? De hecho, aun hoy, en mi CV, lo omito. Estoy orgullosa de mi trabajo realizado, de los objetivos conseguidos, de las relaciones que allí se crearon, que aun hoy duran, y de la marca alli dejada. Pero pocas veces sale de mis palabras el nombre de esa empresa.
He sentido durante mucho tiempo compromiso y adhesión con el proyecto empresarial, no compartía algunos de los valores de la organización, pero sí otros. Lo que nunca, nunca he desarrollado, es el orgullo de pertenencia.
No compartía la política de la empresa, a pesar de llevar la Dirección de Recursos Humanos; no podía entender la gestión que se hacía de la misma, aunque aún hoy pienso que nadie la entiende… Pero en esas circunstancias se aprenden tantas cosas… aprendes a luchar contra corriente, a negociar en desigualdad de condiciones, a ceder ante injusticias (mas de lo que te gustaría), a no dormir por las noches, a dar malas noticias cuando realmente no quieres, …. tantas cosas…
El no-orgullo de pertenencia en esa empresa es compartido. Es curioso ver como nadie quiere estar allí, pero allí están. Como nadie comparte las “directrices”, pero las llevan a cabo, y como nadie entiende el por qué de las cosas, pero las hacen. ¿Por qué? Porque al final del mes, reciben la recompensa por ello. Por no pensar.
Pero al otro lado, hay mundo. Existen empresas coherentes, con una gestión coherente, y con un proyecto empresarial coherente. Tan solo pedía eso. Y lo encontré.
Hoy día, cuando me presento, soy capaz de pronunciar el nombre de mi empresa. Siento Orgullo de Pertenencia, y soy capaz de llevar el nombre de la empresa donde sea, y vendérselo a quien sea, porque creo en ella, en su proyecto, en su gestión y en las personas que trabajamos en ella.
¿Diferencias? Voy a trabajar más tranquila, no tengo pesadillas ni remordimiento de conciencia, duermo mejor, he incrementado mi rendimiento, las relaciones en la empresa son más fluidas, tengo un mayor desarrollo personal y profesional, el clima laboral es positivo, y lo más importante, estoy mucho más feliz conmigo misma porque creo estar colaborando en el desarrollo de un proyecto empresarial en el que creo. Eso es orgullo de pertenencia.

1 comentario:

  1. "Bienaventurados quienes amen su trabajo porque nunca trabajarán".. joder que sí, Laura.

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Gracias por participar en el blog de Laura Chica