jueves

Ambición...¿personal o profesional?






Para ti, espero que tomes una buena decisión :)



5 años de carrera en la universidad. Algún master de especialización, más diversos cursos complementarios. Algunos años de trabajo precario, varios niveles por debajo de tu cualificación, para adquirir currículo, y así poder ir ascendiendo poco a poco, al menos de categoría.

Estos datos te pueden ser familiares, ya que son compartidos por la mayoría de la población activa, pero existen diferencias entre la proyección de unas carreras y de otras, simplemente por el sexo.

Si eres hombre: ya sabes que una vez pasado el foso, llegas al castillo (gracias Myriam). Una vez superados esos momentos de ser secundario (o terciario), y habiendo adquirido un prestigio y una categoria, la opción más corriente es mantenerte ahí, o ascender a mando intermedio o Director General de la compañía. Querer es poder.




Pero si eres mujer: después del foso, llegas al castillo. Pero dentro del castillo hay otro foso reservado para mujeres. Algunas caen, otras no.


Después de un bagaje profesional que puede rondar los 10 años, no te dejan quedarte en el castillo. Para quedarte en el castillo debes renunciar a tu otra vida, la de verdad: tu familia.

La ambición profesional queda a la sombra de las responsabilidades familiares, por elección u obligación. La palabra conciliación aún le queda grande a este país. La elección es obligada: te desarrollas como profesional o como madre.


Esta elección a veces llega a limites insospechados, como que tu empresa te diga cuando puedes quedarte embarazada, cuando no, o te haga elegir si serlo o no, haciéndote saber que si eliges ser madre perderás todas las oportunidades que implica la palabra "promoción". Y tenemos que elegir.



Cuando te dicen "soy madre trabajadora", piensa que siempre se es más madre, o más trabajadora; madre que trabaja, pero ha renunciado a las posibilidades de promoción, ascenso o mejora profesional, o mujer trabajadora que ha renunciado a pasar más tiempo con sus hijos por comprometerse al 100% con un proyecto empresarial. Y, su único pecado, es pretender ejercer de lo que ha estudiado, mantener las aspiraciones profesionales que le motivaron a iniciar esa carrera, y se ve obligada a elegir entre su sueño profesional o su sueño personal.



La elección es difícil, pero más difícil será cuando, al mirar para atrás, seamos conscientes de lo que hemos perdido...




5 comentarios:

  1. Y la cosa es que una vez que una mujer es madre, ya le ha restado dedicación a su carrera. Más o menos, mejor o menos buena trabajadora. Pero indiscutiblemente madre. La linea que separa las dos caras del tipo de mujer de la que hablas, madre que trabaja, es tan móvil que parece imposile el equilibrio. Al menos en el momento en que vivimos, o el lugar en el que vivimos, o en el sistema en el que estamos inmersos... o ahogados?

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  2. Ahogados diría yo, pero, por elección? creo que ya no hay elección.
    Gracias por comentar Guille.
    Un artículo tuyo cuándo? :)

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  3. Parece increíble y a la vez muy triste que en un mundo tan "avanzado" como este, se planteen tales situaciones.

    El consejo que le daría a tu amiga es que algo tan personal como tener un hijo no es competencia de nadie, y sobre todo que algo así esta muy por encima de un puesto profesional.

    En momentos como este, siento vergüenza por formar parte de esta sociedad totalmente desigual.

    Muy chulo tu blog Laura Chica, nos vemos por RET :)

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  4. En algunos casos sabemos que no renunciamos a ascender, sino al puesto en sí.
    Y después cuando ya te has bajado del tren no podrás volver a montar tan fácil en el siguiente que pase, porque la mayor parte de ellos se llevan la familia por delante. Ahora hay que esperar al "tren-milagro" al trabajo de mañana, media jornada, y además acorde con la experiencia laboral...
    Lo triste es que después de muchos años de estudios y trabajos precarios si "dedico tres años a la maternidad" después es muy dificil volver.
    Lo positivo es que sí somos madres trabajadoras... claro que sí! Yo aún no conozco a ninguna madre que no trabaje! La pena es que lo que no se paga no se valora, hasta el punto que la sociedad hace esa distinción: "madre trabajadora" / "madre no trabajadora". Quisiera hacer notar la importancia del lenguaje que utilizamos y que degrada aún más a quien pone el tiempo de sus hijos por delante.

    Otro ejemplo de lenguaje muy peligroso para la percepción de una mujer y su vida está en el término "la última víctima de la violencia de género" en lugar de "la última victima MORTAL de.." Si no considero "víctima" más que a las fallecidas, cómo pretendo que se reconozcan a sí mismas en los golpes, los desprecios, los insultos,... y pidan ayuda?
    Me ha encantado tu texto. Sigamos luchando! Un abrazo
    Cristina

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  5. Estamos ante el choque entre lo antropologico y biologicamente habitual y la rapidez con la que nos acecha el mundo moderno y las pretensiones sociales,dando de si a un cambio que ademas de no ser fortuito esta un poco acelerado.
    La competencia feroz no deja rincon alguno a un apice de humanidad dejando claro que las empresas y los negocios no estan formados poersonas si no por endiosados seres que pintan todo de una artificial perfeccion donde el intercambio de fluidos,la sangre y el instinto es totalmente incompatible con el papel moneda.
    Nos vamos a morir todos de apariencia.

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Gracias por participar en el blog de Laura Chica