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Potenciar el #TalentoEmocional


O es cosa mía, o últimamente se está dando mayor relevancia a la importancia de las emociones en la empresa. En un mes, tengo previstas diferentes acciones formativas y ponencias sobre Inteligencia Emocional, y todas ellas vinculadas a la organización. 

Desde la escuela de negocios con la que colaboro, asi como empresas privadas, consultoras, organismos públicos, y cursos subvencionados, se está enfocando la formación directiva desde el desarrollo de competencias emocionales, como aspecto básico en la gestión de equipos. Lo cuál me parece más que acertado.

Y es que la estadística es clara: en la selección de directivos/as, más del 80% de las competencias que se buscan son emocionales.
Esta formación, desde mi punto de vista, estaba 'coja'. Se ha limitado a formar al directivo/a en habilidades interpersonales como comunicación, trabajo en equipo, resolución de conflictos... pero pocas veces se han trabajado las competencias personales, como la autoestima, la conciencia emocional, o el compromiso.
Y es que el comienzo está en uno mismo
El autoconocimiento o conciencia de si mismo, es la llave para poder gestionar nuestras propias emociones, automotivarse, autorregularse, y relacionarse de manera adecuada con otras personas. Sin esa base, no se puede pretender el éxito en la organización.


“Cuanto más abiertos estemos hacia nuestros propios sentimientos, mejor 

podremos leer los de los demás”. Daniel Goleman.


Está demostrado que la inteligencia emocional está directamente relacionada con el éxito personal y profesional.
Sternberg definió a las personas exitosas como 'aquellas que tienen más probabilidades de conseguir sus objetivos', y definió 20 criterios que presentan las personas exitosas, relacionadas con el liderazgo,  entre ellos: 

Reconocen los errores.
Son independientes y confían en sí mismas.
Equilibran el pensamiento analítico, creativo y práctico.
Disponen de una alta automotivación.
Se orientan hacia el producto.
Completan la tarea y llegan al final.
Tienen iniciativa.
No tienen miedo al fracaso. 
Tratan de superar las dificultades personales.
Tienen autoconfianza. 

La mayoría de estos criterios se basan en competencias personales y sociales, más allá de conocimientos técnicos o teóricos en la ejecución del trabajo. 
Al analizar a lideres que han fracasado en su gestión, la mayoría de ellos coinciden en su dificultad para implicar al equipo en el proyecto. Esa competencia, es pura inteligencia emocional, basada en la autoestima, y confianza en uno mismo, capacidad de comunicar, de inspirar, o, como se recoge en las obras sobre liderazgo:  "Liderar es fluir, influir y confluir".
Llegados a este punto parece evidente por qué se le debe dar la importancia que se merece la formación y desarrollo de competencias emocionales (especialmente a través del coaching) en la gestión de equipos.

Y es que el mayor talento de las personas que gestionan personas, y a la vez el más difícil es, sin duda, el Talento Emocional.

2 comentarios:

  1. Interesante idea, que cito en mi blog, en la entrada sobre los Nuevos profesionales: Aprender del fracaso: http://periodistia.blogspot.com.es/2013/07/nuevos-profesionales.html Gracias por tu aportación

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  2. Hola Laura, muchas gracias por tu entrada.

    Tu blog me resulta muy interesante, especialmente esta entrada ya que hace tiempo que estoy interesada en las cuestiones de la inteligencia emocional. Las emociones son intrínsecas a la condición humana, y considero que deben considerarse con relevancia y protagonismo en las cuestiones educativas.

    “Las personas son emocionales antes que racionales." Las personas que tienen éxito se diferencian en sus habilidades para dominar la frustración, controlar emociones e interactuar con otras personas.

    La Inteligencia Emocional nos ayuda a solucionar problemas usando la combinación de la lógica y los sentimientos, ser más flexible en momentos de cambio, a expresar sus necesidades, a responder a personas difíciles con más calma, paciencia y de una manera más atenta. La Inteligencia Emocional ayuda a mantener una perspectiva optimista y positiva, además de comprender cómo mejorar personalmente y profesionalmente.

    “La emoción es algo fundamental para pensar eficazmente, tanto para tomar decisiones inteligentes como para permitirnos pensar con claridad. Las emociones pueden obstaculizar el pensamiento mismo.” (D.Goleman, 1996). Un factor de éxito en el la vida los ámbitos académico, personal, social y profesional es que las personas reconozcan sus propias emociones, cómo dominarlas, cómo desarrollar una actitud más positiva y desarrollen estrategias de bienestar emocional.

    Las personas emocionalmente desarrolladas, que gobiernan adecuadamente sus sentimientos y saben interpretar y relacionarse efectivamente con los sentimientos de los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida, como el éxito en el seno de una organización. Las personas que desarrollan adecuadamente las habilidades emocionales suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y más capaces de dominar hábitos mentales que determinan la productividad. Por el contrario, quienes no pueden controlar su vida emocional se debaten en constantes luchas internas que socavan su capacidad de trabajo y les impiden pensar con suficiente claridad. (D.Goleman, 1998)

    El control de nuestras emociones es fundamental para poder pensar con claridad y tomar decisiones adecuadas en nuestro dia a dia, tanto en el trabajo como en el hogar o la vida social. Debemos de ser conscientes de nuestros estados de ánimo y de los pensamientos que tenemos acerca de esos estados de ánimo, estando atentos a los estados internos sin reaccionar antes ellos y sin juzgarlos, para poder reaccionar adecuadamente en situaciones de estrés.

    “Lo que realmente importa, es una forma distinta de ser inteligente.” (D.Goleman, 1998). Es por esto por lo que debemos apostar por la educación integral de la persona, por el cultivo de la inteligencia, de la Inteligencia Emocional.

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Gracias por participar en el blog de Laura Chica