Lo estamos haciendo mal.
Concursos sociales para ver quien aparenta ser el padre o la
madre del año.
Apuestas familiares para ver quien hace mas, da mas, haciendo lo
imposible por quedar por encima del otro.
Manifiestos sociales en los que ya no
se sabe cuanto hay de verdad, cuanto de quedar por encima, cuanto de mentira.
Hijos consentidos, vulnerables, ausentes, con heridas emocionales eternas, victimas
de una guerra en las que son los máximos perdedores, aunque nunca nadie los
invitó a decidir si querían entrar.
Esta es la consecuencia de las separaciones mal gestionadas,
con falta de madurez por parte de los padres y las madres, olvidando por su ego
y su dolor no resuelto, al actor principal de esa película: los hijos.
Al final, siempre llega lo que de verdad importa: el tiempo
que les das.
En realidad es un engaño. Todo esfuerzo que haces para darle
tiempo, en realidad te lo estás dando a ti mismo, porque no hay nada más bonito en el
mundo que disfrutar el momento con tus hijos. Y por desgracia, tantas veces olvidamos
que el tiempo que se va… ese ya nunca vuelve.
Lo que de verdad importa: el amor que les das.
Ese amor sin
condiciones, alejado de comparaciones y elecciones imposibles, en las que un
niño se ve obligado a cortar su corazón en dos, su amor en dos, su vida en dos. Al final el
que se rompe es él mismo, que repartiendo tantos trozos, se queda sin nada para si
mismo.
Pronto aprende que el amor es condicional, que amar tiene un precio, que su
valor depende de lo que haga a cambio.
Pero lo que de verdad importa,
Para pensar más allá de ti, en otra forma de mostrarte al mundo, y a él/ella, a esos ojos que te miran aprendiendo de lo que no dices, grabando lo que haces, memorizando lo que sientes.es que nunca es tarde para volver a empezar.
Lo estamos haciendo mal... pero lo podemos hacer mejor. Sólo falta consciencia y olvidar el orgullo, aceptar que un capítulo de tu vida ya ha acabado, y tienes la oportunidad de empezar otro.
La no aceptación te hace esclavo de tu pasado;
la aceptación te hace dueño de tu futuro.
Aceptar con gratitud lo que la vida te ha enseñado, en parte gracias a cada una de las personas que han pasado por tu vida, aunque ahora ya no estén. Siempre gracias.
Aceptar que hay que dejar ir, para poder ser, y dejar ser, y que la vida está hecha de momentos, y te los estas perdiendo, por haberte quedado anclado a uno que ya pasó...
Lo estamos haciendo mal... pero HOY lo podemos hacer mejor.
Siempre es el momento de ser, quien quieres ser.
foto by Tamara Calderón |
Más info www.laurachica.com
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Ays, me chifla!! Ten una buena semana corazón!!
ResponderEliminarYa que estoy por aquí te invito a mi sorteo internacional: Vestido de lunares
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